Para
un caballo, un buen calentamiento es esencial para tener una jornada
de trabajo productiva, evitando lesiones y haciendo que nuestros
ejercicios sean más útiles y sencillos. Esto cobra especial
relevancia cuando hablamos de animales estabulados, que se pasan todo
el día encerrados en cuadras de 9 metros cuadrados.
Los
ejercicios de calentamiento suelen ser genéricos, aunque también se
pueden adaptar a la disciplina que vayamos a realizar, a fin de que
sean los más adecuados para el caballo.
Después
de sacar al animal de la cuadra, realizar una buena sesión de cepillado y ensillarlo, tenemos dos opciones para empezar el calentamiento:
-A
la cuerda, con un ronzal* largo (aprox. 10 metros) podremos hacer
que nuestro caballo caliente e incluso saque toda la “energía de
sobra” que pueda tener, sin que nosotros tengamos riesgo de
caernos. Lo importante del trabajo a la cuerda es que el caballo
también tiene que calentar y realizar los esfuerzos poco a
poco, ya que aunque no vaya montado, si nada más salir de la cuadra
empieza a galopar y botarse* puede causarse lesiones.
-Montado,
calentando directamente con el jinete encima, con lo que ahorraremos
algo de tiempo y podremos llevar el calentamiento más controlado.
El
calentamiento, como ya he dicho, ha de ser progresivo; ya que el
animal todavía tiene los músculos en frío. Empezando con un
calentamiento genérico, lo que yo propongo es:
Empezamos
con riendas sueltas y a paso, dejando que el caballo estire las patas
y el lomo, damos por lo menos 3 vueltas a la pista (lo ideal son 15 minutos). Después de eso,
empezamos a tomar contacto, y alargamos el paso. A fin de ir
estirando al caballo y flexionando, hacemos círculos grandes, y
empezamos a pedir la flexión* del animal . Cuando veamos que el
caballo flexiona bien a paso en ambas manos, retomamos la pared.
Comenzamos
el trote, un trote ligero* a la inglesa, con contacto pero sin crear
tensión en el dorso. Damos unas cuantas vueltas a cada mano, y
cuando veamos al caballo suelto al trote; volvemos a los ejercicios
con círculos -aunque esta vez pueden ser un poco más pequeños a
fin de subir un poco la exigencia- para pedir así la flexión a
trote.
Si
no somos capaces de hacerlo en trote a la inglesa, podemos empezar el
trote sentado aunque yo prefiero calentar del todo antes de sentarme,
para preparar bien el asiento+ del caballo.
Cuando
el caballo vuelva a estar suelto en la flexión al trote tomamos la
pared y hacemos ejercicios de cambio de aires (tanto en el mismo aire
como entre paso-trote). Podemos empezar a pedir al caballo que se
recoja.
Damos
un pequeño descanso a paso sin soltar el contacto y nos vamos
preparando para la salida al galope. Al empezar a galopar es
importante que el caballo salga con ganas; a
partir de ahí podremos corregir errores en la flexión o de otro
tipo, pero es necesario que el galope no se “vaya cayendo” al
trote en cuanto nos despistemos.
Una
opción de calentamiento es la de galopar sin más, pegado a la
pared, realizando ligeros cambios de tranco -alargar o acortar- de
vez en cuando. La otra opción es repetir el ejercicio de los
círculos (siempre es bueno asegurarse la flexibilidad, además de
que mejora el control en el animal). Pero una variante que yo veo
interesante aquí es realizar un ejercicio con barras de tranqueo, lo
que hace que el caballo se estire, se descontracture y haga el
calentamiento un poco más ameno. Además suponen un buen ejercicio
tanto para doma, salto, ejercicios de base...
Yo
no recomiendo calentar mucho al galope, ya que es un aire que cansa
rápidamente al animal, y no nos permite hacer grandes avances (sí,
se puede flexionar y recoger a un caballo al galope, pero durante el
calentamiento nos resultará más difícil y el caballo se cansará
mucho más rápido). Un par de vueltas de galope a cada mano -con su
cambio de mano* incluido- vigilando bien que el caballo lleve su peso
en los pies y no cargado en las manos es lo que veo óptimo para
calentar.
Después
de estos ejercicios y un par de vueltas a paso para refrescar al
caballo, estaremos listos para comenzar el trabajo serio. En total,
el calentamiento debería llevarnos unos 20 minutos aproximadamente
-claro que también depende del nivel del jinete/caballo- que pueden
verse aumentados debido a dificultades con las transiciones o con los
ejercicios de flexión.
Ahora
bien, puede que prefiráis hacer un calentamiento específico para la
disciplina que practiquéis. Esto es una buena opción si trabajáis
a un nivel bastante exigente, con lo cual así os centraréis en
los grupos de músculos que más se usen. Aún así, recomiendo hacer
un pequeño calentamiento general primero, y luego sumar el
específico.
Para
doma clásica:
Cuando tomemos el contacto al paso,
empezaremos ejercicios que descarguen las dorsales, como pueden ser
la espalda adentro o la cesión a la pierna (en caballos menos
entrenados)
Podemos empezar son un trote a la
inglesa, con contacto y que desarrolle la potencia de los posteriores
(pies). Realizaremos transiciones* paso-trote-paso.
Al empezar los ejercicios en los
círculos, pedir una flexión interior a paso, con unos círculos de
20 metros a cada mano. Reduce el circulo hasta los 10 metros, lo que
hace que tengas que aumentar la flexión que le pides al animal, de
forma progresiva; repite a ambas manos.
Cuando el caballo vaya suelto,
comienza con el trote en el borde de la pista, y luego vuelva a los
círculos de 20 y 10 metros a ambas manos (con flexión). Cuando
realices los cambios de mano, pide un trote largo, de forma que
descontractures al caballo en la recta.
Una vez que el caballo esté suelto,
llévalo al galope, donde prima la rectitud, el impulso, la flexión
y la cadencia. Puedes realizar cambios de mano y galopes en trocado*,
así como transiciones paso-galope-paso, para mejorar el equilibrio.
A partir de aquí, ya podemos empezar
los ejercicios de doma “habituales” en la reprise* que
practiquemos.
Para
salto de obstáculos:
El salto de obstáculos ha de basarse
mucho en la doma, por lo tanto ambos calentamientos son muy similares
entre sí. Después de llevar a cabo los ejercicios de flexión en el
trote (círculos y transiciones) podremos pedirle el galope. Aquí
prima la cadencia y el impulso, por lo que recomiendo empezar un
galope ligero para redondear al caballo. Acto seguido, pasaremos a un
círculo donde que pediremos un galope más recogido*, en el que el
tranco lleve el impulso hacia arriba en lugar de ir toda la energía
hacia adelante. Podemos usar también transiciones galope-paso,
cambios de mano, galope en trocado, serpentinas...
Después de un descanso a paso,
calentaremos el salto en sí, empezando son barras de tranqueo y
pequeñas cruzadas, para luego seguir con verticales (o simples) y oxers bajos.
Tras ésto, ya podremos empezar a subir la altura de los obstáculos
hasta los de nuestra categoría (progresivamente, claro).
He de decir que, aunque yo competía
en salto, el calentamiento que hacía era el equivalente al de doma
clásica, de forma que mis caballos se descontracturaban y estiraban
bien. Una vez acababa el calentamiento de doma, empezaba con los
saltos bajos, las barras, etc.
Con estos ejercicios de calentamiento
-tanto el genérico como los dos específicos- debería ser
suficiente para poder trabajar a vuestro caballo sin riesgo de
lesiones (por lo menos, no más de las que conlleva el propio
deporte). Es cierto que el salto y la doma no son las únicas
modalidades de deporte a caballo, pero sí las más representativas y
a nivel de calentamiento, de las más completas. Aunque practiquéis
otras disciplinas, adaptando los ejercicios que he escrito hoy no
deberíais tener ningún problema.
Ahora os dejaré unas breves
explicaciones sobre cosas que han podido no quedar del todo claras,
empezando por algunos ejercicios:
Flexión interna
del caballo en un círculo: debemos poner la pierna interna
en la cincha, la externa retrasada a fin de que no se “escape” la
grupa y mantener la rienda interna fija mientras que con la externa,
pedimos el giro. Para esto debemos llevar al caballo recogido y con
una buena disposición en la boca.
Esquema sobre la posición de las ayudas al pedir la flexión interna en un círculo. |
Recoger (a un
caballo): consiste en hacer que el animal se arquee, de forma
que el cuerpo del caballo se “pliega” (es decir, recoge) como un
acordeón. Los pies vas debajo del cuerpo y el impulso se concentra
en el lomo, la grupa y el cuello.
Para recoger al caballo,
lo esencial es llevar un buen impulso, que venga de los pies (no
tener el peso del caballo en la mano). Dejamos la mano interior fija,
y con la mano exterior ejercemos una tensión intermitente (tensamos,
relajamos, tensamos, etc). Con nuestros pies seguiremos pidiendo el
impulso: el interno en la cincha y el externo ligeramente retrasado a
fin de que aparte de recogerse, el caballo vaya un poco flexionado
hacia el interior. Tengo que destacar que hay que ser ligero con
estas ayudas, ya que no podemos pedir que avance si a la vez somos
tan bruscos con la mano que le estamos pidiendo que frene.
Cambio de mano:
llamamos así al hecho de cambiar el sentido en el que montas en la
pista. En el caballo, el cambio de sentido al galope supone también
una modificación en el propio aire (recordemos que el galope no es
igual a ambas manos), lo que le obliga a hacer un cambio de mano para
equilibrarse.
Para llevarlo a cabo,
cuando comencemos con el cambio de dirección en sí (por ejemplo, al
empezar la diagonal) haremos que el caballo se ponga recto, para
después cambiar nuestros pies -al galope, nuestro pie externo
siempre irá retrasado- y pedirle con las riendas una ligera flexión
interna hacia el lado que queramos tomar. Ésto debería obligar al
caballo a cambiar el peso, y así realizar el cambio de mano y pie.
No debemos permitir que el caballo se nos descontrole, deje de
recogerse ni empiece un galope alocado.
Ejercicios
de transiciones:ejercicios
que se basan en el cambio de aires y el mantenimiento del equilibrio.
Hablo de ellos en mi artículo: "El cambio de aires”.
Y siguiendo con vocabulario:
Botarse:
el caballo da coces al aire con ambos pies.
*Trote* (o
cualquier otro aire) ligero: cuando hablo de que un
aire vaya “ligero” me refiero a que sea un aire vivo, con cierta
velocidad y en el que al caballo se le vea con ganas de moverse. Los
aires ligeros son ideales para calentar, pues suelen dejar que el
caballo se estire.
Ronzal (o
ramal): cuerda que se usa para atar o mover a los
caballos, sobre todo en la cuadra. Pueden ser ronzales de cuadra (1
metro aprox.) o ronzales de trabajo (unos 10 metros).
Dar cuerda:
ejercicio que se realiza con el jinete a pie que puede estar equipado
o no con una tralla (látigo), en el que el caballo se lleva con un
ramal largo y se le hace trabajar en círculos. Puede ser para
calentar, para relajar un caballo que lleva mucho tiempo encerrado,
para mejorar ejercicios que no conseguimos hacer montados...
Asiento:
zona del caballo en la que se apoya el peso del jinete. Cuando nos
referimos al asiento como una ayuda en la monta, nos solemos referir
a la posición que el jinete adopta sobre el caballo.
Reprise:
cada una de las “categorías” en las que se dividen las
competiciones de doma clásica, según dificultad. Así la más
sencilla es la de nivel 1, luego la de nivel 2, nivel 3, nivel 4, San
Jorge, Intermedio I, Intermedio II y Gran Premio.
Galope trocado:
se llama así al galope que el caballo ejecuta a la mano “incorrecta”
(es decir, va galopando a mano izquierda cuando en realidad debería
ir a mano derecha). El galope en trocado puede ser un fallo en el
cambio de mano, aunque también supone un ejercicio en la doma
clásica.
Y con ésto, termino mi
artículo sobre el calentamiento del caballo. Espero que haya sido
completo, y haber aclarado con las definiciones todo lo que pudiera
causar alguna duda.
Espero que os haya
gustado, y que leáis mi próximo artículo. ^_^
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