viernes, 5 de septiembre de 2014

El calentamiento.

Para un caballo, un buen calentamiento es esencial para tener una jornada de trabajo productiva, evitando lesiones y haciendo que nuestros ejercicios sean más útiles y sencillos. Esto cobra especial relevancia cuando hablamos de animales estabulados, que se pasan todo el día encerrados en cuadras de 9 metros cuadrados.

Los ejercicios de calentamiento suelen ser genéricos, aunque también se pueden adaptar a la disciplina que vayamos a realizar, a fin de que sean los más adecuados para el caballo.


Después de sacar al animal de la cuadra, realizar una buena sesión de cepillado y ensillarlo, tenemos dos opciones para empezar el calentamiento:

-A la cuerda, con un ronzal* largo (aprox. 10 metros) podremos hacer que nuestro caballo caliente e incluso saque toda la “energía de sobra” que pueda tener, sin que nosotros tengamos riesgo de caernos. Lo importante del trabajo a la cuerda es que el caballo también tiene que calentar y realizar los esfuerzos poco a poco, ya que aunque no vaya montado, si nada más salir de la cuadra empieza a galopar y botarse* puede causarse lesiones.

-Montado, calentando directamente con el jinete encima, con lo que ahorraremos algo de tiempo y podremos llevar el calentamiento más controlado.

El calentamiento, como ya he dicho, ha de ser progresivo; ya que el animal todavía tiene los músculos en frío. Empezando con un calentamiento genérico, lo que yo propongo es:

Empezamos con riendas sueltas y a paso, dejando que el caballo estire las patas y el lomo, damos por lo menos 3 vueltas a la pista (lo ideal son 15 minutos). Después de eso, empezamos a tomar contacto, y alargamos el paso. A fin de ir estirando al caballo y flexionando, hacemos círculos grandes, y empezamos a pedir la flexión* del animal . Cuando veamos que el caballo flexiona bien a paso en ambas manos, retomamos la pared.

Comenzamos el trote, un trote ligero* a la inglesa, con contacto pero sin crear tensión en el dorso. Damos unas cuantas vueltas a cada mano, y cuando veamos al caballo suelto al trote; volvemos a los ejercicios con círculos -aunque esta vez pueden ser un poco más pequeños a fin de subir un poco la exigencia- para pedir así la flexión a trote.
Si no somos capaces de hacerlo en trote a la inglesa, podemos empezar el trote sentado aunque yo prefiero calentar del todo antes de sentarme, para preparar bien el asiento+ del caballo.

Cuando el caballo vuelva a estar suelto en la flexión al trote tomamos la pared y hacemos ejercicios de cambio de aires (tanto en el mismo aire como entre paso-trote). Podemos empezar a pedir al caballo que se recoja.

Damos un pequeño descanso a paso sin soltar el contacto y nos vamos preparando para la salida al galope. Al empezar a galopar es importante que el caballo salga con ganas; a partir de ahí podremos corregir errores en la flexión o de otro tipo, pero es necesario que el galope no se “vaya cayendo” al trote en cuanto nos despistemos.

Una opción de calentamiento es la de galopar sin más, pegado a la pared, realizando ligeros cambios de tranco -alargar o acortar- de vez en cuando. La otra opción es repetir el ejercicio de los círculos (siempre es bueno asegurarse la flexibilidad, además de que mejora el control en el animal). Pero una variante que yo veo interesante aquí es realizar un ejercicio con barras de tranqueo, lo que hace que el caballo se estire, se descontracture y haga el calentamiento un poco más ameno. Además suponen un buen ejercicio tanto para doma, salto, ejercicios de base...

Yo no recomiendo calentar mucho al galope, ya que es un aire que cansa rápidamente al animal, y no nos permite hacer grandes avances (sí, se puede flexionar y recoger a un caballo al galope, pero durante el calentamiento nos resultará más difícil y el caballo se cansará mucho más rápido). Un par de vueltas de galope a cada mano -con su cambio de mano* incluido- vigilando bien que el caballo lleve su peso en los pies y no cargado en las manos es lo que veo óptimo para calentar.

Después de estos ejercicios y un par de vueltas a paso para refrescar al caballo, estaremos listos para comenzar el trabajo serio. En total, el calentamiento debería llevarnos unos 20 minutos aproximadamente -claro que también depende del nivel del jinete/caballo- que pueden verse aumentados debido a dificultades con las transiciones o con los ejercicios de flexión.

Ahora bien, puede que prefiráis hacer un calentamiento específico para la disciplina que practiquéis. Esto es una buena opción si trabajáis a un nivel bastante exigente, con lo cual así os centraréis en los grupos de músculos que más se usen. Aún así, recomiendo hacer un pequeño calentamiento general primero, y luego sumar el específico.

Para doma clásica:

Cuando tomemos el contacto al paso, empezaremos ejercicios que descarguen las dorsales, como pueden ser la espalda adentro o la cesión a la pierna (en caballos menos entrenados)

Podemos empezar son un trote a la inglesa, con contacto y que desarrolle la potencia de los posteriores (pies). Realizaremos transiciones* paso-trote-paso.

Al empezar los ejercicios en los círculos, pedir una flexión interior a paso, con unos círculos de 20 metros a cada mano. Reduce el circulo hasta los 10 metros, lo que hace que tengas que aumentar la flexión que le pides al animal, de forma progresiva; repite a ambas manos.

Cuando el caballo vaya suelto, comienza con el trote en el borde de la pista, y luego vuelva a los círculos de 20 y 10 metros a ambas manos (con flexión). Cuando realices los cambios de mano, pide un trote largo, de forma que descontractures al caballo en la recta.

Una vez que el caballo esté suelto, llévalo al galope, donde prima la rectitud, el impulso, la flexión y la cadencia. Puedes realizar cambios de mano y galopes en trocado*, así como transiciones paso-galope-paso, para mejorar el equilibrio.

A partir de aquí, ya podemos empezar los ejercicios de doma “habituales” en la reprise* que practiquemos.

Para salto de obstáculos:
El salto de obstáculos ha de basarse mucho en la doma, por lo tanto ambos calentamientos son muy similares entre sí. Después de llevar a cabo los ejercicios de flexión en el trote (círculos y transiciones) podremos pedirle el galope. Aquí prima la cadencia y el impulso, por lo que recomiendo empezar un galope ligero para redondear al caballo. Acto seguido, pasaremos a un círculo donde que pediremos un galope más recogido*, en el que el tranco lleve el impulso hacia arriba en lugar de ir toda la energía hacia adelante. Podemos usar también transiciones galope-paso, cambios de mano, galope en trocado, serpentinas...

Después de un descanso a paso, calentaremos el salto en sí, empezando son barras de tranqueo y pequeñas cruzadas, para luego seguir con verticales (o simples) y oxers bajos. Tras ésto, ya podremos empezar a subir la altura de los obstáculos hasta los de nuestra categoría (progresivamente, claro).

He de decir que, aunque yo competía en salto, el calentamiento que hacía era el equivalente al de doma clásica, de forma que mis caballos se descontracturaban y estiraban bien. Una vez acababa el calentamiento de doma, empezaba con los saltos bajos, las barras, etc.

Con estos ejercicios de calentamiento -tanto el genérico como los dos específicos- debería ser suficiente para poder trabajar a vuestro caballo sin riesgo de lesiones (por lo menos, no más de las que conlleva el propio deporte). Es cierto que el salto y la doma no son las únicas modalidades de deporte a caballo, pero sí las más representativas y a nivel de calentamiento, de las más completas. Aunque practiquéis otras disciplinas, adaptando los ejercicios que he escrito hoy no deberíais tener ningún problema.

Ahora os dejaré unas breves explicaciones sobre cosas que han podido no quedar del todo claras, empezando por algunos ejercicios:

Flexión interna del caballo en un círculo: debemos poner la pierna interna en la cincha, la externa retrasada a fin de que no se “escape” la grupa y mantener la rienda interna fija mientras que con la externa, pedimos el giro. Para esto debemos llevar al caballo recogido y con una buena disposición en la boca.
Esquema sobre la posición de las ayudas al pedir la flexión interna en un círculo.


Recoger (a un caballo): consiste en hacer que el animal se arquee, de forma que el cuerpo del caballo se “pliega” (es decir, recoge) como un acordeón. Los pies vas debajo del cuerpo y el impulso se concentra en el lomo, la grupa y el cuello.
Para recoger al caballo, lo esencial es llevar un buen impulso, que venga de los pies (no tener el peso del caballo en la mano). Dejamos la mano interior fija, y con la mano exterior ejercemos una tensión intermitente (tensamos, relajamos, tensamos, etc). Con nuestros pies seguiremos pidiendo el impulso: el interno en la cincha y el externo ligeramente retrasado a fin de que aparte de recogerse, el caballo vaya un poco flexionado hacia el interior. Tengo que destacar que hay que ser ligero con estas ayudas, ya que no podemos pedir que avance si a la vez somos tan bruscos con la mano que le estamos pidiendo que frene.

Esquema sobre las ayudas al recoger a un caballo.
 Si queremos que se recoja hacia un lado, mantenemos la rienda interior fija, mientras que si queremos que lo haga recto, hacemos una tensión intermitente con ambas riendas.
Cambio de mano: llamamos así al hecho de cambiar el sentido en el que montas en la pista. En el caballo, el cambio de sentido al galope supone también una modificación en el propio aire (recordemos que el galope no es igual a ambas manos), lo que le obliga a hacer un cambio de mano para equilibrarse.
Para llevarlo a cabo, cuando comencemos con el cambio de dirección en sí (por ejemplo, al empezar la diagonal) haremos que el caballo se ponga recto, para después cambiar nuestros pies -al galope, nuestro pie externo siempre irá retrasado- y pedirle con las riendas una ligera flexión interna hacia el lado que queramos tomar. Ésto debería obligar al caballo a cambiar el peso, y así realizar el cambio de mano y pie. No debemos permitir que el caballo se nos descontrole, deje de recogerse ni empiece un galope alocado.

Ejercicios de transiciones:ejercicios que se basan en el cambio de aires y el mantenimiento del equilibrio. Hablo de ellos en mi artículo: "El cambio de aires”.

Y siguiendo con vocabulario:

Botarse: el caballo da coces al aire con ambos pies.
*Trote* (o cualquier otro aire) ligero: cuando hablo de que un aire vaya “ligero” me refiero a que sea un aire vivo, con cierta velocidad y en el que al caballo se le vea con ganas de moverse. Los aires ligeros son ideales para calentar, pues suelen dejar que el caballo se estire.
Ronzal (o ramal): cuerda que se usa para atar o mover a los caballos, sobre todo en la cuadra. Pueden ser ronzales de cuadra (1 metro aprox.) o ronzales de trabajo (unos 10 metros).
Dar cuerda: ejercicio que se realiza con el jinete a pie que puede estar equipado o no con una tralla (látigo), en el que el caballo se lleva con un ramal largo y se le hace trabajar en círculos. Puede ser para calentar, para relajar un caballo que lleva mucho tiempo encerrado, para mejorar ejercicios que no conseguimos hacer montados...
Asiento: zona del caballo en la que se apoya el peso del jinete. Cuando nos referimos al asiento como una ayuda en la monta, nos solemos referir a la posición que el jinete adopta sobre el caballo.
Reprise: cada una de las “categorías” en las que se dividen las competiciones de doma clásica, según dificultad. Así la más sencilla es la de nivel 1, luego la de nivel 2, nivel 3, nivel 4, San Jorge, Intermedio I, Intermedio II y Gran Premio.
Galope trocado: se llama así al galope que el caballo ejecuta a la mano “incorrecta” (es decir, va galopando a mano izquierda cuando en realidad debería ir a mano derecha). El galope en trocado puede ser un fallo en el cambio de mano, aunque también supone un ejercicio en la doma clásica.

Y con ésto, termino mi artículo sobre el calentamiento del caballo. Espero que haya sido completo, y haber aclarado con las definiciones todo lo que pudiera causar alguna duda.


Espero que os haya gustado, y que leáis mi próximo artículo. ^_^ 

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