lunes, 8 de septiembre de 2014

La alimentación del caballo.

El sistema digestivo del caballo es muy delicado, y una parte fundamental en la salud de nuestro animal es su alimentación. El caballo debe comer de forma pausada, tranquila y muy repartida a lo largo del día, ya que son animales con un sistema digestivo lento y un estómago pequeño que no puede digerir grandes cantidades de comida en una sentada.
La dieta de un caballo se debe adaptar a las necesidades de éste, que pueden venir dadas por el trabajo, el estrés, el clima, etc. Así, la dieta puede basarse en tres elementos:
  • Hierba fresca (pasto): El alimento natural de los caballos, y que constituye la base para aquellos animales que no practiquen ningún deporte ni se enfrenten a climas muy duros.
  • Forraje (heno): Consiste en hierba cortada, seca y empacada que se les proporciona a los animales que no tienen acceso a un pasto, que no tienen hierba adecuada o bien que tienen unas mayores necesidades a nivel nutricional. Es la base para animales con un nivel de trabajo moderado.
  • Alimento granulado (pienso): Alimento de gran poder nutricional y un alto índice energético, que proporciona todo lo necesario a aquellos animales que realizan trabajos fuertes, compiten de forma regular o se enfrentan a condiciones climáticas adversas.

La alimentación básica de un caballo consistirá en forraje, que podremos completar con pienso si es necesario. Por supuesto, el agua limpia y fresca es imprescindible para cualquier animal, así que nunca debe faltar en la cuadra.

Para empezar a calcular una dieta, deberemos conocer el peso de nuestro animal. Para ello podemos usar unas cintas especiales que venden en las tiendas de hípica, las cuales te dan un peso aproximado del caballo según el perímetro del paso de cincha*. También se puede usar una báscula especial para grandes pesos (animales, camiones...) o aplicar la ecuación del INRA:

Medimos en centímetros el perímetro torácico (PT) y la alzada a la cruz (AC).
Caballos adultos: Peso vivo (kg)= 4,3 x P.T. + 3,0 x A.C. - 785
Caballos menores de 4 años: Peso vivo (kg)= 4,5 x P.T. - 370

El método que me parece más sencillo y que yo recomiendo, es el de la cinta de peso. El saber el peso del animal también nos resultará de gran utilidad a la hora de dar medicamentos, desparasitar o incluso comprarle equipo a nuestro caballo.

Para saber si el caballo se encuentra en su peso ideal, hay que realizar una serie de observaciones:
  • Las costillas se notan al tacto, pero no se ven a simple vista.
  • Las caderas, espalda y columna están cubiertas por una fina capa de grasa (hay que hacer un poco de presión para notarlas)
  • La crin y el maslo no tienen grasa acumulada, formando pliegues.
Una vez que sepamos el peso del caballo, y si éste es el ideal, podremos crear la dieta.
El método más sencillo es preguntar al veterinario, que nos dirá cuanto debe comer el caballo, si está en su peso, los cuidados que deberíamos llevar a cabo, etc.
Otra forma es el uso de una tabla de porcentajes de comida.
Al día, un caballo necesita un 2,5% de su peso en comida, de donde variarán los porcentajes de forraje y pienso que le damos según la actividad.

Trabajo Forraje (%) Pienso (%)
Muy suave o nulo
90-100
0-10
Suave
70
30
Medio
60
40
Fuerte
50
50

Un trabajo muy suave consiste en paseos esporádicos (menos de una vez a la semana); suave son paseos regulares, sin forzar al caballo; medio es aquel que trabaja todos los días, pero no en competición; y fuerte es considerado el trabajo de competición.

Para tener una referencia segura de cuánto le damos de comer a nuestro caballo, lo mejor es pesar las raciones antes de dárselas, o por lo menos tener una medida controlada (usar un medidor para alimentos de caballos, siempre el mismo).

Como referencia, el heno se suele dividir en lo que llamamos “librillos”. Cada uno de esos librillos suele pesar unos dos kilos.

La variedad de alimento que ofrece el mercado para los caballos es muy amplia, y podemos encontrar desde diferentes tipos de heno hasta diferentes tipos de pienso (adaptados a la edad, a la condición física, al trabajo...) y otros alimentos que podemos combinar. Los más conocidos son:
  • Avena: La avena se suele utilizar en grano entero, aunque también puede aplastarse o mojarse. Le proporciona energía de rápida combustión al caballo, por lo que no se recomienda a animales muy nerviosos.
  • Salvado: Se proporciona en pequeñas dosis y mojado, ya que es un alimento muy pulverulento que puede causar problemas en el tracto respiratorio. Se utiliza para mejorar las digestiones, ya que tiene alto contenido en fibra.
  • Aceite vegetal: Se riega un poco de aceite en la toma habitual de pienso (el preferido suele ser el de maíz) que puede darse en una sola comida todos los días o en todas las comidas durante unos pocos meses al año. El aceite aporta grasas, además de mejorar la digestión y aumentar los niveles de ácido linoleico.
  • Ajo laminado: Se vende deshidratado y laminado, por lo que sólo debemos añadir la cantidad indicada por el fabricante en el pienso. Puede darse todos los días o hacerse por jornadas. El ajo tiene efecto antibiótico, digestivo, antihistamínico, etc; pero lo que más interesa es su acción vermífuga (elimina parásitos internos) y anti-insectos.
Salvado.
Avena.
Para ejemplificar todo lo que acabo de decir: Mi caballo, no muy grande -1,60m a la cruz- comía tres veces al día; 1,5 kg de pienso en cada comida, además de 1 librillo de forraje en el desayuno y otro en la cena. Le daba ajo laminado en la temporada de insectos (primavera-verano) y tomaban aceite de maíz con el pienso del mediodía. Si estaba en temporada de competición muy exigente, el veterinario me recomendaba añadirle medio kilo de avena en una de las comidas, además de complementarle el forraje seco con pasto fresco, por lo que lo llevaba a pastar después de hacer ejercicio.

Por supuesto, hay muchos otros alimentos con distintas propiedades. Lo más importante, es vigilar la calidad del alimento. De nada sirve que controlemos perfectamente la cantidad de comida que le damos a nuestro animal, si le estamos dando un forraje de mala calidad o un pienso inadecuado.

El pasto debe estar limpio, ser fresco (no cortar hierba, guardarla y dársela 3 días más tarde, ya que fermentará y le producirá cólicos), y la hierba, aunque abundante, no debe ser muy alta; ya que un aumento excesivo en los niveles de carbohidratos puede causar laminitis* además de cólicos* y otras enfermedades. Es por ello que no se recomienda que el caballo esté todo el día en el pasto; y en primavera se deben controlar todavía más las horas que el animal se alimenta de hierba fresca.

El forraje debe de ser de buena calidad, no tener pinchos, basura ni matojos. Controlaremos que el secado se haya realizado bien, y lo guardaremos en un lugar seco, alejado de roedores y sin estar en contacto con el suelo. Cuando toquemos el interior del heno, éste no debe estar caliente -eso indicará que está fermentando- y no tendrá signos de moho. Antes de dárselo a nuestro caballo, podemos sacudirlo fuera de la cuadra, incluso mojarlo, para quitar el polvo y evitar problemas respiratorios o alergias.

El concentrado -ya sea pienso, avena, alfalfa...- lo compraremos adaptado a las necesidades de nuestro caballo. Lo guardaremos en cubos de plástico o metal con tapa, a fin de evitar que se humedezcan y que accedan los roedores o bichos. Recomiendo tener los diferentes alimentos por separado, y en caso de que el animal coma diferentes componentes (por ejemplo pienso con avena), realizar la mezcla justo antes de dársela. Es muy importante controlar bien las cantidades que le damos a nuestra montura.

Por último, os dejo una serie de consejos:
  • Dale a tu caballo varias comidas al día, con pequeñas cantidades. Lo ideal son tres comidas diarias; con forraje en, al menos, dos de ellas. Sigue siempre un horario lo más estricto posible.
  • Intenta combinar el forraje seco con el pasto, a fin de variar un poco la dieta y ayudar a conseguir todos los nutrientes.
  • Vigila que siempre tenga agua limpia, además de que los recipientes con los que manipules el alimento y el pasto deben estar en óptimas condiciones.
  • Si vas a cambiar la dieta del caballo, que estos cambios sean graduales, ya que si no correrás riesgo de causar cólicos.
  • Vigila a tu caballo durante el invierno, el pelaje puede ocultar una bajada de peso.
  • Adapta la dieta a las necesidades.
  • La mejor forma de saber si tu caballo está saludable y si su dieta es la correcta, es consultar al veterinario; así que nunca estará de más que un profesional te asesore.

Y así termino mi artículo sobre la alimentación del caballo. Lo mejor que podréis hacer es crear una dieta con vuestro veterinario, quien será el que mejor os asesore de las necesidades de vuestra montura. Por supuesto, estos cuidados no sirven de nada si no seguimos además, un planning de desparasitación, vacunación y revisiones.

Paso de cincha: Zona del vientre que está justo por detrás de los codos (manos) del caballo. Para una explicación más detallada, revisa mi artículo de “la morfología del caballo”.
Cólico: Síndrome que se produce por un fallo en el sistema digestivo del caballo, por lo general debido a una obstrucción. Si quieres saber más, puedes leer mi artículo “el cólico”.
Laminitis: Enfermedad causada por un aumento de los niveles de carbohidratos en la dieta del caballo, que hace que la lámina (una de las partes internas del casco del caballo) se inflame, debilite la unión del hueso podal con la pared del casco, pudiendo éste llegar a separarse, rotar y salirse del suelo (planta) del casco.


Espero que os haya gustado, y que leáis mi próximo artículo. ^_^

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